jueves, 21 de octubre de 2010

La celebración de Fenosa. En diez años el kilovatio hora ha subido 66.48%

* Con esas alzas se ha venido ahogando la economía empresarial y familiar de Nicaragua * Manipulan precio del búnker que, si lo regalara hoy Venezuela, pagaríamos sólo un córdoba menos de cada cuatro que contiene la factura * Calidad es la más atrasada de la región, autorizada por el socio gobierno en el Protocolo de Entendimiento

Oliver Gómez

END - Segunda Entrega - 22:06 - 19/10/2010


La tarifa de energía eléctrica ha subido 66.48% desde hace una década, cuando Unión Fenosa recibió en concesión la Distribuidora de Electricidad del Norte (Disnorte) y la Distribuidora de Electricidad del Sur (Dissur). Su calidad del servicio permanece debajo de las demás empresas de Centroamérica, a pesar de que su socio, el gobierno de Daniel Ortega, para alcanzar niveles aceptables mandó a bajarles las exigencias.

Aunque el gobierno de Arnoldo Alemán había prometido un servicio de calidad y precios razonables a cambio de privatizar gran parte del sector energético, lo cierto es que desde el 19 de octubre de 2000 que arribó Fenosa hasta el 31 de octubre de 2010, los funcionarios de la Dirección de Estudios Económicos y Tarifas del Instituto Nicaragüense de Energía, INE, reportan un total de 37 ajustes a la tarifa, es decir, el indicador que determina el monto de las facturas de los usuarios.

Siete bajas contra 29 alzas

Siete ajustes son a la baja, uno de ellos no afectó el precio promedio y 29 son alzas; según los informes oficiales de los técnicos del INE, quienes explican que al sumar todos los aumentos que se han autorizado en la última década, se trata de una espiral alcista de 101.63%. Las bajas suman un total de 35.15%.

Al evaluar estas dos última cifras se concluye que el precio medio de la energía de Nicaragua en la última década ha registrado un ajuste general de 66.48% a favor de Fenosa y en contra de los clientes, quienes han tenido que asumir cada mes este monto al pagar sus facturas.


Los directivos de las empresas generadoras, funcionarios del INE y ejecutivos de Fenosa, comparten un mismo discurso o explicación para este enorme porcentaje a favor de las alzas: precio del búnker o Fuel Oil.

Precio del bunker: una verdad a medias

David Castillo Sánchez, titular del INE, señala que Fenosa recibió ambas empresas distribuidoras teniendo un precio de unos diez centavos de dólar el kilovatio hora, y, para entonces, el precio del barril de bunker era de unos 20 dólares. “Trabajar en estas condiciones era rentable para todo el sector energético”, explicó.

Jorge Katín, Gerente de Comunicación de Fenosa, confirma esos datos y recuerda que, actualmente, el precio medio del kilovatio hora ya no es de diez centavos de dólar como hace una década, sino de 20 centavos.


Castillo, por su parte, recuerda que en este tiempo “tuvimos picos de hasta 106 dólares el barril de bunker, fue en julio de 2008 y eso obligó a realizar ajustes grandes y seguidos. Estamos hablando de que en aquellos días que ellos compraron la empresa (Fenosa), el bunker valía 20 dólares el barril y hoy vale 67 dólares”, señaló.

Una falsa relación

Tomando al pie de la letra esa explicación que ha sido repetida por funcionarios de gobierno de las distintas administraciones y hasta por los diputados ante la Asamblea Nacional, se puede verificar que desde el primer ajuste de tarifas que el INE autorizó y que Fenosa aplicó a partir del primero de enero de 2001, nunca el alza ha guardado relación alguna con el precio del bunker.

Golpean desde el primer ajuste

Fenosa no había cumplido ni tres meses de haber recibido las concesiones de Disnorte y Dissur, y ya estaba aplicando el primer ajuste de tarifas, el cual no se corresponde con la disminución real que había experimentado el precio del bunker tipo “C”. Este combustible que deben comprar las generadoras para producir el 80% de la energía, en enero de 2001 había bajado 13.25%, pero el INE y Fenosa sólo bajaban las tarifa en un 0.14%.

Para esa fecha, el precio del barril de este derivado del petróleo había variado de unos 20 dólares hasta unos 18, y aunque la regla no se cumplía, la disposición se mantuvo hasta agosto de 2002, cuando se aplicó la primera y más fuerte alza que Fenosa ha “recetado” en las facturas, tal y como había prometido el ex presidente ejecutivo de ENEL, Mario Montenegro, cuando entregaba la concesión a la compañía española.


Fue el segundo ajuste de tarifas y las facturas aumentaron en un promedio de 9.06%, aunque el precio del barril de bunker había subido sólo 24.58%. Es decir, que aplicando exactamente la misma regla que se utilizó en el primer caso, el alza no debía llegar siquiera al 0.28%, pero no fue así y aquel primer golpe en los recibos se mantuvo hasta enero de 2003, cuando volvió a subir.


En agosto de 2006, en plena crisis de los apagones, el asunto se repite. El bunker bajó hasta 11.60% pero la tarifa más bien subió 2.88%. En septiembre de 2008 este mismo producto bajó hasta 29%, pero la tarifa subió 6%.

La más clara evidencia

Por si fuera poco, en noviembre de este último año, el asunto quedó en clara evidencia para toda Nicaragua. El precio del barril de Fuel Oil o bunker se había desplomado más de la mitad (-51.95%), pero el INE sólo autorizó una rebaja en las facturas del 12%, la mayor reducción en la historia de tarifas aplicadas por Fenosa.

Por esta última situación y tomando en cuenta esas mismas cifras, es que se confirma la versión de la Red Nacional de Defensa de los Consumidores (RNDC). “Eso significa que, inclusive, si el bunker lo regalara Venezuela, la gente dejaría de pagar apenas uno de cada cuatro córdobas que ahora cancela en sus facturas de Fenosa. Hagan sus cálculos y verifiquen”, recomendó Jorge Eduardo Rooseess, activista del organismo.


Katín y Castillo no eran funcionarios de las entidades respectivas para el año 2000, cuando Fenosa llegó al país, sin embargo, aseguran que en el cálculo de la tarifa desde el inicio intervinieron un sin número de elementos donde la situación financiera del sector era determinante y hay que tomarlas en cuenta.


“Yo llegué al INE en noviembre de 2005, en medio de una crisis de déficit de energía (apagones)”, dijo Castillo, “la situación financiera y la falta de generación ya era un problema complejo para todo el sector, pero desde la negociación del Protocolo de Entendimiento ahora tenemos una fórmula para hacer estos cálculos y se hace de una manera más exacta y transparente”, señaló el titular del INE.

Etapas tarifarias

Y es que Fenosa recibió las dos distribuidoras pero el Estado también le dictó una Normativa de Calidad del Servicio (NCS), “que iba íntimamente asociada a la normativa de tarifas y se hablaba de etapas tarifarias”, expresó el funcionario.

La primera etapa de las tarifas fue determinada del año 2000 al 2005, y la segunda iniciaba en esta última fecha y culminaba en 2010, cuando se debía negociar la tercera. Castillo explicó que “el sistema tarifario de la primera etapa contemplaba la estructura que hasta hoy sigue vigente, donde hay subsidios cruzados, en donde los de mayor ingresos en cierta forma subsidian a los clientes de menor ingreso”.


Reconoció que con este mismo modelo de tarifas ya funcionaba la Empresa Nicaragüense de Electricidad, ENEL, antes de ser segmentada, y fue un régimen tarifario que se mantuvo en aplicación y que hasta ahora no ha cambiado. Es decir, la forma en que calculan el monto de cada factura es el mismo que se utilizó hace una o dos décadas.


“Ellos (Fenosa) querían que en la segunda etapa se transformara eso, que más bien al que más consumía energía la tarifa fuera menor, porque al consumir más volumen los costos se bajan, y que al usuario que consumía menos se le cobrara el valor real. Eso es con lo que yo me vengo a encontrar en 2005”, refirió Castillo.

El asunto calidad

Cabe recordar que para autorizar a Fenosa una nueva alza o baja de tarifa, el INE debe revisar varios indicadores, no obstante, el de mayor peso es la calidad del servicio, el cual se mide conforme al cumplimiento en los tiempos de reconexión, de atención a las llamadas a su línea telefónica de emergencia (125), las horas de interrupciones del servicio, el alumbrado público y otras variables.

Esos índices de calidad se deben revisar semestralmente, según el titular del ente regulador, quien recuerda que fue una de sus primeras tareas “y resulta que nos hallamos con que no los estaban cumpliendo, y de allí salió aquel primer descuento tarifario de casi dos millones y medio de dólares que se hizo público, y que ellos lo apelaron y lo llevaron a una querella a la Corte Suprema”.


“No estaban cumpliendo esos niveles y ellos decían que habían renegociado unos índices de menor exigencia en 2003 con las autoridades anteriores, pero en ningún lugar quedó formalizado en resolución del INE y por eso nosotros lo desconocíamos y exigíamos los anteriores niveles”, agregó, al referirse a uno de los temas que provocó un proceso arbitraje.

Gobierno les autorizó baja de calidad

Este tema también se evacuó mediante el Protocolo de Entendimiento que se negoció entre Fenosa y el gobierno de Daniel Ortega, en 2007 y 2008. “Hubo un punto específico donde se determinó que mientras esta empresa se recupera y hace las inversiones necesarias, se les debe reconocer esa acta”.

“El protocolo vuelve a ponernos en una posición de 2003 y le da un respiro en tanto hace las inversiones de más de 30 millones de dólares en este período de tiempo. Entonces, en el tema de la calidad del servicio puede decirse que, normativamente, ha sido flexibilizado un poco a favor de la empresa, pero, aún con esa flexibilidad, se requieren niveles básicos y les hemos estado dando seguimiento”, dijo Castillo.


Para los técnicos del INE, la distribuidora ha mejorado en su cantidad de horas que deja sin servicio a los clientes, pero su “Talón de Aquiles” es la calidad del alumbrado público. “Esta última evaluación les costó una multa de 1.8 millones de dólares por no cumplir con los requisitos de alumbrado”, señaló el titular, quien mencionó que de cerca le siguen los errores de facturación.


“¿Cuántos errores de facturación se dan? Nosotros tenemos un promedio de tres mil reclamos mensuales, de los cuales la mayoría, unos dos mil 500, son por facturación. De estos, había errores de 70 a 30 a favor del cliente”, estimó.


El presidente del Consejo de Dirección del INE lo dijo más claro al final: “A partir del Protocolo y por tres años, esta empresa quedó con un nivel de requisitos de calidad del servicio por debajo del promedio de la región centroamericana, pero, a fines de 2011, tenemos que haber definido los nuevos niveles y deberán ser más exigentes, por lo menos el promedio de la región”.

Suspicacias al declarar ganadora a Unión Fenosa

Los directivos de la Empresa Nicaragüense de Electricidad, ENEL, convocaron a 20 compañías y consorcios para que participaran en la licitación internacional donde se adjudicarían las concesiones de Disnorte y Dissur. Sin embargo, sólo 16 mostraron interés pues compraron los pliegos y tan sólo una, Fenosa, presentó una oferta firme y en sobre cerrado.

La licitación no fue declarada desierta y el proceso continuó aunque sólo había un participante, pero se requerían al menos dos para poder generar la competencia, según se había determinado en el marco legal. Además, ese era uno de los principales argumentos del entonces presidente Arnoldo Alemán para ejecutar la privatización.


La Unidad de Reestructuración de ENEL, a cargo de dicha licitación, convocó al único participante para abrir los sobres el martes 12 de septiembre de 2000, a las diez de la mañana en el auditorio de la empresa. El vicepresidente Enrique Bolaños llegó dos horas antes y, entraba y salía de las oficinas durante este tiempo.


Todo estaba listo para iniciar a la hora acordada pero Bolaños apareció hasta diez minutos después. El asombro se dibujó en el rostro de los asistentes cuando fue abierto el sobre que contenía el precio base que había fijado el Estado para vender Disnorte y Dissur.


El cálculo gubernamental valoró Disnorte en 56 millones 600 mil dólares y en 44 millones 900 mil dólares la otra distribuidora, Dissur. Había pedido a Fenosa 101 millones 500 mil dólares por las dos juntas, pero, finalmente, el precio acordado estaba en el sobre que entregó la compañía española: 115 millones de dólares.


Los organismos de defensa de los consumidores y los sindicatos de trabajadores de la energía, aseguran que en esos 10 minutos de retraso se renegoció el destino de ambas empresas, las mismas que una década después opera la compañía.

MAÑANA:

* Cuadro de evolución de los ajustes de tarifa, fecha en que se aplicaron y precio promedio del bunker
* Cuadro de evolución de la cantidad de clientes en la última década
* ¿Cuánto ha invertido Fenosa hasta la fecha y qué áreas ha fortalecido?

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